asanas de equilibrio
- cristina ricagno
- 20 nov 2018
- 3 Min. de lectura

La mayor parte de estas asanas se realizan sobre uno de los pies, aunque en algunas posturas el apoyo es sobre las puntas de ambos pies. Todas ellas fortalecen piernas, aumentan la concentración, el equilibrio físico y la estabilidad emocional. Las asanas más avanzadas son intensos trabajos de la columna vertebral en equilibrio.
_No vale decir: “Yo no tengo equilibrio”. Casi nunca falla el pie que te aguanta. Está fallando la tensión que pones, el no control de la respiración, el miedo, la desconfianza, pensamientos que se “cruzan” y cortan tu atención…
“El equilibrio está en saber compensar dos fuerzas opuestas, no en la ausencia de tensión”
Quizás haya que buscar el equilibrio con la conciencia de toda tu persona._
En la parte o eje central del cuerpo, supone el punto de anclaje de todas las fuerzas que componen el equilibrio.
En el Hatha Yoga se procura un equilibrio de fuerzas, lo que permite mantener una postura estática un buen rato sin cansancio y, así, favorecer el trabajo interno del cuerpo, de los órganos, de las glándulas, del sistema nervioso, de la respiración… y al mismo tiempo, se consigue una fortaleza y elasticidad en toda la persona.
Si buscas el equilibrio lo encontrarás en la planta de los pies, en la mente y en el corazón. ¡No te olvides de ninguno de ellos!
Para hacer las ásanas de equilibrio se pide consciencia de cómo y dónde estás haciendo las fuerzas (sensibilidad interna), desde la planta de los pies, a la mente y el corazón ya que, los pensamientos y sentimientos pueden “interferir” enormemente en tu equilibrio.
“Con el yoga = unión del cuerpo y de la mente, de la fuerza muscular, la templanza de los nervios, la respiración, la voluntad, la atención, la inteligencia…puedes llegar muy lejos sin cansarte”
Esto se hace extensivo a la vida cotidiana. Puedes hacer un esfuerzo sin cargarte de tensión. Puedes sentir una tensión puntual, pero el resto de tu persona estar tranquila. Y puedes, como un buen arquero, decidir cuál es tu objetivo prioritario y orientar el cuerpo y la mente hacia él, con la energía necesaria para, después, retornar al descanso, al equilibrio.Con las ásanas de equilibrio mejorará tu estabilidad y confianza, tanto física como anímica y, por la propia exigencia de estas posturas, mejorarás tu capacidad de concentración y serenidad.
consigue la inmovilidad en la ásana con el equilibrio de fuerzas, no con tensión, intentando relajarte en el esfuerzo.
mantén la respiración regular.
que tu mente no se disperse pues perderás el control.
deshaz la postura con calma.
Recomendaciones
1. Manten enfocada tu mirada: drishti.
Drishti significa mantener la atención enfocada, dirigir atentamente la conciencia a cada parte del cuerpo para asegurarte de su colocación y ajustes.
Drishti te da equilibrio físico y mental.
Externamente drishti se refleja en tu mirada. Una mirada enfocada, dirigida, atenta y fija en un punto te permite mantenerte concentrado en el asana y en lo que sucede en tu cuerpo.
2. Comienza desde la base: la planta de tus pies (o tus manos)
Asegúrate de que tus pies (el pie o las manos) están alineados y ensanchados. Reparte y distribuye el peso del cuerpo aumentando la superficie consciente de apoyo. Cuando se trata de equilibrio ayuda el visualizar y sentir tus pies o manos como raíces que penetran el suelo
3. Activa tus piernas
Cuando en clase se propone un asana de equilibrio de pie necesitas, unas piernas fuertes y sólidas. Es un punto muy importante porque para sujetar el cuerpo tus piernas no pueden estar desatendidas, préstales la atención que merecen. Para ello siente la activación de la musculatura de las piernas, empezando por elevar el muslo hacia arriba sujetando así tus rótulas. Así mismo siente la activación de la cara interna de las piernas y de los glúteos.
4. Atención a tu cadera. Cuando construyas tu asana detente un instante en tu pelvis: la cintura pélvica debe estar estable para contribuir al equilibrio.
5. Abdomen, abdomen, abdomen .En yoga la suma de las partes hace el todo. Sin abdomen consciente y activo no hay asana.
6. Estabilizar Las asanas de equilibrio son un buen entrenamiento para perfeccionar la consciencia de la “entrada y salida” del asana. Construye tu asana paso a paso. Céntrate en realizar cada uno de tus movimientos con una fase respiratoria sincronizando el vinyasa y antes de pasar al siguiente movimiento estabilízate. Únicamente cuando esta estable continua con el siguiente movimiento hasta que culmines la forma externa de tu asana.
7. Continúa intentándolo. Si te desestabilizas respira y vuelve a intentarlo. Como decíamos el equilibrio es muy susceptible y puede verse afectado rápidamente por cansancio, stres o tensiones emocionales. Incluye las caídas dentro de la misma práctica, vívelas como parte del proceso. Empieza de nuevo el asana sin impulsos bruscos, poniendo atención en cada paso.
namaste